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15/02/2019
Basquet Internacional
NO HUBO EQUIVALENCIAS
San Lorenzo jugó mal y cayó en las semifinales de la Intercontinental ante el AEK griego. Flamengo le ganó a Austin Spurs 90 a 58.
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San Lorenzo viajó a Río de Janeiro con ganas de escribir una página dorada en su historia y el primer escollo fue el AEK Atenas, campeón de la Champions League FIBA. Los primeros movimientos parecieron tener a los dos equipos estudiándose mutuamente y en esa pasividad, fue el Ciclón el que se adelantó (12-7). Hasta que el conjunto griego se despertó y con un parcial de 11-1 culminó el cuarto inicial en ventaja.

En el siguiente período, el campeón de América no pudo encontrar su mejor versión. Tuvo varias pérdidas y no supo destrabar la defensa física que propuso el AEK. Mientras que los griegos se movían a sus anchas por el parqué del Carioca Arena 1. Encontraba variantes, tanto para las transiciones rápidas cuando lograba robar el balón, como para los ataques estacionados. La primera mitad terminó con una magra producción ofensiva de San Lorenzo. Lejos de los grandes porcentajes que muestra en la competencia local, convirtió 1-8 en triples y 9-24 en dobles, y se fue al vestuario con una desventaja de 19 unidades.

El comienzo de la segunda etapa fue con un San Lorenzo protagonista y decidido a recortar diferencias. La determinación que mostraron algunos jugadores, con Calfani en el juego interior y Dar Tucker dispuesto a pisar para adentro en busca de conseguir puntos, el equipo argentino logró acercarse a 12 (40-52) y volver a ponerse en partido no parecía una idea descabellada.

Pero el equipo ateniense apagó la incipiente bravura al retornar a su gran nivel defensivo –ensució las ofensivas de San Lorenzo y lo obligó a perder la pelota–, para facturar una vez que tuvo la bola en sus manos. Aunque la distancia en el marcador no se alteró, si cambió la actitud del último campeón de la Liga de las Américas.

En el cuarto final, conforme pasaban los minutos, se acababan las esperanzas de lograr un resultado positivo para el equipo argentino. El AEK Atenas continuó mostrándose firme en defensa y siguió apretando a los distintos jugadores azulgranas que portaban la pelota. 
 
 
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