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02/12/2019
Informacion General
HISTORIA DE AMOR POR EL BÁSQUET Y LA AMISTAD EN EL ROQUE
Calzada, Tiro Suizo y Provincial visitaron a Unión Roque Sáenz Peña en su primer encuentro en casa. Fue toda una movida cultural para el barrio.
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David Ferrara
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Los deseos de transforman en realidad, los pequeños pasos van construyendo el camino y las que para algunos parecen cosas pequeñas, gestos, actitudes, para otros son enormes alegrías, historias que recordarán de por vida e incluso una oportunidad inesperada. La que hace cuatro años comenzó como una clase de básquet, hoy se transformó en una escuela de deportes, en un club que sufrió toda una transformación hacia lo social y deportivo, y que lo agradece con orgullo, gratitud, con todo el cariño que puede ofrecer.
 
El Roque, o Unión Roque Sáenz Peña, es un club de la zona sur de la ciudad, a metros de la Plaza Homero Manzi, en Rui Barbosa y Salvá. Allí por 2015 un grupo de jóvenes comenzó a generar una movida social, cultural y deportiva con los vecinos del barrio. Lejos del marketing, cerca de la gente, con el día a día como objetivo de superación desinteresada. Los chicos y chicas se fueron sumando, aparecieron poco a poco las pelotas, los aros, con ayuda de amigos, de instituciones, con esfuerzo y dedicación.
 
 
 
El grupo de chicos se transformó en un equipo, y en dos, y el primer partido informal se transformó en poco tiempo en participación en encuentros y torneos. Cómo olvidar la primera camiseta, el primer doble, la primera victoria, que fue jugar, porque más que nunca ganar es jugar, participar.
 
Y a cuatro años hay mucho que agradecer, por lo que nació el domingo el Encuentro Banderitas Sureñas, en el que con el máximo orgullo y responsabilidad, el Roque recibió a sus amigos y fue local por primera vez.
 
Lo cuenta Lucho Bloch, jugador de básquet de Provincial que es quien encabeza las prácticas, la “dirección técnica” que en este caso es guía deportivo y humano: “Queremos generar identidad entre los clubes del sur, afianzar los lazos de amistad, no olvidar que por ejemplo cuando no teníamos aros, Saladillo nos los prestó para poder practicar”.
 
 
 
“En este caso nos visitaron Calzada, Tiro Suizo y Provincial y fue toda una movida cultural para el barrio, porque los chicos también se maquillaron, se divirtieron jugando además de la práctica del deporte. Como apertura hubo un  show de Hip Hop y para cerrar bailamos con la murga Charlatanes del Abasto. Hubo 90 chicos y chicas de escuelita y mini, fue muy divertido, con mucha buena energía”, se alegró el profe Lucho.
 
“Somos humildes, pero también una gran familia, con corazón enorme, entregamos todo”, resume Bloch y refleja la esencia solidaria de los que menos tienen pero que también más brindan.
 
Y el básquet sirvió para que el barrio se vuelque al club, para que el chico lleve a su padre, a su hermano, a su madre. “Se da todo  en el contexto de fortalecer el club. Desde septiembre de 2015 que empezamos se fue aumentando la cantidad de chicos y chicas y hoy son más de 60 haciendo básquet, sumado al vóley que también comenzó a trabajar. Se sumaron muchos vecinos, se realizan talleres y arte y dibujo para chicos de 3 a 6 años gracias a la colaboración de un grupo de madres y lo sábados se hace una Copa de leche”, agrega Bloch.
 
 
 
Todo es autogestionado, con movidas solidarias, con ventas de rifas, de comida, con ayuda de amigos. Las pelotas, los aros, las camisetas, todo es parte de un trabajo que ayuda a sentir cada pequeño éxito como un logro inmenso. Quizás el mayor de ellos haya sido que una clase de básquet  transforme la vida social del club. Al fin y al cabo, ganar o perder siempre es una anécdota y el partido una simple excusa para jugar. La verdadera victoria está en el trayecto recorrido desde 2015.
 
 
 
 
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