Por calle Lavalle otra vez se quieren salvar del descenso gracias al tribunal. Parece que esta vez el que debería caer en desgracia es un vecino del barrio, que trajo a un refuerzo talentoso, parecido a Riquelme (en el nombre) pero que se habría olvidado de conseguir la firma de un elenco santo del Oeste. Igual, los rumores arrancaron en la mismísima Rosarina pero nadie sabe cómo denunciarlo o no se animan. ¿Será verdad?

No termina allí la historia, porque en el último boletín salió publicada una lista de miles de jugadores inhabilitados por no haber ido a hacer la revisión médica (y eso que el torneo ya termina), no tienen bucodental ni el certificado de libre hongo para la pileta ahora que se viene el verano. Dicen que un equipo se mandó una canallada y puso a varios de los que no están en regla. ¿O habrán arreglado a tiempo? ¿Será el único equipo que incluyó mal?

Y la novela viene desde hace un tiempo, porque desde estas pantallas se botoneó a un talentoso base nacido en San Nicolás porque nuestras reglas parece que prohíben a jugadores de Liga A o TNA sino salieron de nuestras inferiores. ¿Entonces cómo los habilitan?

Ni hablar de los jugadores suspendidos como DT, los DT suspendidos como hinchas, los planilleros suspendidos como relojeros y los dirigentes que suspenden porque le conviene a su club o no suspenden por la misma razón. Con cuidado, próximamente se vendrán denuncias picantes para que podamos suspender el torneo y no haya chance de que Echesortu salga campeón.

PD: Evitamos hablar de los clubes que quieren a Maya y a Quiroga sin pagar. De los jugadores que se quieren ir para cobrar y de los clubes que los quieren vender o retener hasta los 68 años.

PD: Evitamos hablar de las críticas a Santinelli y a Roig. Y a las señoras de la calle Iriondo (parece que alguno de la página es amigo de ellas, muchachos).