“Como se extraña Rosario… a veces hay que irse a otros lugares por un ratito, para valorar realmente en la tremenda ciudad en la que tenemos el privilegio de vivir y haber nacido”. “Es el tercer año que estoy dirigiendo en Europa (Ibiza, Lamezia y ahora en Siracusa) y por momentos la soledad y la distancia se siente… y mucho”.
“Más allá del básquet (al cual le estaré agradecido de por vida) y sus pequeñas particularidades, como que acá los equipos se forman con 10 y no con 12 jugadores, que hay sociedades y no clubes, que los presidentes hacen y deshacen a su antojo, etc., etc.; estar a tantos kilómetros y lejos de todos y de todo, te da la posibilidad de replantearte muchas cosas y hacerte miles de preguntas. La economía (naturaleza obliga a no ser hipócrita) es uno de los factores determinante por el cual tantos argentinos aterrizamos por estos lados, pero las experiencias de vida que se acumulan; lugares impresionantes y llenos de historia como Roma, París, Madrid; el insertarse de lleno en otras culturas, en otras costumbres, aprender otros idiomas; ver como se entrena en otros lados y llegar a entender el por qué nos buscan a nosotros por estas tierras; son las cosas que más rescato”.
“Venir al sur de Italia (especialmente) y conocer algunos otros lugares de Europa, me hizo dar cuenta que no somos tan malos; sino todo lo contrario. La gente de clase media argentina es de exportación y está a la altura intelectual, educacional, y tiene una mezcla de capacidad y sacrificio que es difícil de encontrar. Y a veces, uno no se puede explicar que teniendo tantos recursos naturales y humanos, tengamos que irnos tan lejos para hacer una diferencia y para sentirnos valorizados por nuestro trabajo”.
“En cuanto al básquet, llegamos a la final por el ascenso a la B contra el Potenza, con la gente de la ciudad bastante identificada con el equipo y con Flavio Bianchini como gran estratega del equipo (parece un pibe, je). En poquitos días más ya estaré con ustedes, cambiando el Mediterráneo por el Paraná en pleno verano-invierno, pero con la gran alegría de volver a casa a ver a mamá Mirtha y a los sobrinos, reencontrarme con los amigos en mi querido Temperley, y por sobre todo, para volver a ver y charlar de básquet en mi querida ciudad”.
“Un gran abrazo para todos, felicitaciones (David, Fernando, Marcelo, Jorge y demás) y gracias por estos dos años de laburo incansable, por revolucionar el modo de informar en Rosario, y por hacer de esto una pasión diaria de la cual todos nos sentimos parte. Nos vemos en unos días”.