¿Qué te acordás del debut?
Me agarró justo cuando estaba rindiendo las últimas pruebas cuatrimestrales en el Superior de Comercio. Me acuerdo que me convocaron. El domingo anterior al debut estuve en el banco de suplentes en Junín. Después viajé el jueves, entrené y jugué el viernes porque se había lesionado Albertinazzi. Jugué cuatro minutos y 35 segundos contra Atenas de Córdoba. Estaba muy nervioso, pero fue muy lindo.
 
¿Cómo te integraste al equipo de Liga en el medio de los exámenes?
Fue bastante loco. Yo jugué ese viernes ante Atenas y el domingo anterior había estado en Junín. Después nos tocó jugar el mismo fin de semana contra Libertad y también jugué. Volví a Rosario a rendir lunes, martes y miércoles. Después viajamos a Corrientes y Gualeguaychú viernes y domingo respectivamente y a la vuelta tuve que volver a dar exámenes de lunes a jueves. Fue una locura, tuve que cambiar los días de algunos parciales. El 12 de diciembre pude terminar de dar los exámenes y allí me integré definitivamente al equipo de Liga.

Lo que estaba claro, es que Ben Hur te quería sí o sí
Si. Ya Facundo Müller me había querido llevar al comienzo de 2004. Pero yo les dije que quería terminar la secundaria en Rosario. Cuando asume Julio Lamas, Müller le comenta de mí y de la posibilidad de incorporarme al grupo y me convocan a entrenar con ellos.

¿Y te llamó el propio Lamas?
Sí. El me llamó personalmente y me contó que me querían en el equipo y allí me dieron la posibilidad de incorporarme al plantel.

¿Qué fue lo primero que pensaste cuando te dijeron que te tenías que ir a Rafaela?
Ya lo venía pensando desde hacía tiempo. Lo que no tenía era la idea de ir a jugar. Yo había ido varias veces a entrenar durante el año 2004. Creo que me ayudó mucho el estar mentalizado en que en algún momento iba a ir a Ben Hur. Pero ir a jugar directamente fue muy sorpresivo. Además entré en la rotación desde el primer momento. Era el suplente de Raimundo Legaria.

¿Dónde viviste en Rafaela?
En un principio en una casa con varios reclutados. Después en el último año quedamos sólo tres. Viví con Machuca, Uranga, Hillebrand, Cecchi, Revelino, que ahora está en Colón, Else (Argentino de Junín), y Lockett (Italiana). Vivíamos todos juntos, pero era una casa bastante grande y estábamos bastante bien.

¿Con quiénes compartías el club en Rosario?
Uhh, con mi hermano, Walter Simolai, Iván Had, éramos una bandita importante. También estaban Matías Ansaldi, Franco Tripelli, Pablo Luque.

¿Y lograron algún título en la Rosarina?
No. En infantiles estuvimos cerca. El único que nos ganaba siempre era Provincial. Después en cadetes no tanto y en juveniles el equipo se desarmó, ya algunos chicos decidieron otras cosas para sus vidas.  

Eso es sumamente curioso. No tenés títulos en Rosario, pero sí en la Liga Nacional
Sí, es increíble. Logramos el título con Ben Hur ese año. Tengo un anillo que me dieron por el logro, tiene las siglas de la Asociación de Clubes. Ese año contábamos con un equipazo. Cuando yo llegué, se incorporó Stanton. Ganábamos de local muy fácilmente y eso me daba minutos en cancha. También conseguíamos victorias como visitante. Faltando dos fechas para el final ya teníamos el uno de la temporada. Y después metimos tres a cero en cuartos y semis y cuatro a uno en la final. Estuvo muy bueno, pude conocer a todos lo jugadores de la Liga ese año.


¿Te duele el presente de Ben Hur?
El club me dio la posibilidad de mostrarme, ganar todo, no te olvides que ganamos la Liga Sudamericana también, Cuando lo veo donde está, me siento mal. Creé un lazo con el club importante. Yo me quedaba a jugar la Liga local cuando terminábamos la temporada. Iba más allá mi unión que los diez meses de la Liga Nacional.

¿Un amigo del básquet?
Revelino, Uranga, Machuca. Con ellos compartí muchas cosas. Elías Saad es una gran persona también. Eduardo Calvelli y Walter Storani son dos grandes amigos.

¿Y de la vida?
Mi hermano y Walter Simolai, sin dudas.

¿Cuál es el recuerdo más fuerte de la época en la que jugabas en Sportsmen Unidos?
Todos. Éramos un grupo de amigos, no un equipo de básquet. En el verano estábamos todo el día juntos. Sportsmen era el patio de mi casa. Yo vivía a la vuelta y estaba todo el día en club.  


Cuando estás lejos de casa y te agarra la nostalgia. ¿A quién quisieras tener a tu lado?
A mi familia. Si bien nunca los tuve lejos, los extraño. Además, mi novia está en Rafaela, así que estamos repartidos. Yo me apoyo mucho en mis afectos.
 
¿Qué consejos les darías a los chicos que tienen la oportunidad de emigrar a la Liga?
El que quiere llegar, puede. A las ganas hay que acompañarla con esfuerzo y dedicación. También se necesita un poco de suerte. Hay que saber mantenerse en una competencia tan difícil.
 
¿Te arrepentís de algo de los que hayas hecho?
No para nada. Mi idea era irme a Ben Hur y tuve la suerte de llegar y jugar. No me arrepiento de nada. Cuando me tuve que ir, me fui en el momento, no se si llamarlo justo, pero creo que era el momento de irme. Yo necesitaba jugar más minutos.


¿Y el presente en Firmat?
Estamos en una situación complicada. Pero creo que vamos a salir adelante. La gente y el plantel son de diez.

¿Es especial jugar con Diego Foradori?
(Risas) Diego fue mi técnico en mini, infantil y cadetes. Yo lo iba a ver cuando jugaba la primera y la rompía. No se si llamarlo un espejo, pero un referente para mí. Y ahora jugamos juntos. Es algo especial jugar con él. Diego les cuanta a todos cuando nos conocen que me dirigía en Sportsmen y ahora compartimos equipo.




Además de Diego, están Cortés e Iglesias en la Liga. Todos surgidos de Sportsmen
Sí es un orgullo. Me alegra mucho que a Titi y a Ramiro les vaya bien. Son grandes amigos y todos salimos del mismo club.

¿Qué sentiste jugar en la selección mayor de Rosario?
Nada en especial. Siempre representé a Rosario, desde infantil hasta juvenil. Pero sentí lo mismo que cuando me llamaban en las otras categorías. No fue diferente.

¿Volverías a aceptar una convocatoria?
Tendría que ver. Depende de cómo termine la temporada. Se verá en ese momento.

¿Qué jugador enfrentaste y no lo podías creer?
Bruno Lábaque cuando volvió de Europa y a Paolo Quinteros en un Súper 4 en Santa Fe. Pero lo más increíble fe haber jugado con Leo Gutiérrez dos temporadas. Y unos meses con Leandro Palladino.. Dos grandes jugadores y excelentes personas.


¿A qué jugador te gustaría enfrentar?
A Juan Pablo Cantero, el base de Sionista de Paraná. Ya jugué contra él y me gusta jugar en contra. Es una lástima que Juan Espil volvió esta temporada cuando yo estoy jugando TNA. Hubiese sido muy lindo enfrentarlo.  

¿Cuál fue tu mejor partido en la Liga?
En el tercer año que jugué en Ben Hur enfrentamos en octavos de final a Estudiantes de Bahía Blanca. Ceo que fu el cuarto partido de la serie. También un encuentro por la Liga Sudamericana 2006. De visitante ante Riberao Preto.

¿La mejor cancha donde jugaste?
El Polideportivo de Mar del Plata.

¿Y la peor?
Central Entrerriano de Gulaguaychú y Junín. No porque son feas las canchas, sino porque la gente es muy áspera.
 
¿El mejor de entrenador que tuviste?
Julio Lamas
 
¿Guardás camisetas de algún jugador en especial?
No. Trato de guardar las mías cuando termino cada temporada y le regalo otra a mi hermano.

¿Y cuál guardás con más cariño?
La que usamos cuando salimos campeones de la Liga A y de la Sudamericana.

 
¿Y a quién pudiste vulnerar más fácil de lo previsto?
A Sebastián Ginóbili, pero porque no tuvo un buen juego defensivo ese día. Pero ofensivamente te liquida.

¿A quién te costó marcar?
A Cequeira, cuando jugaba en Boca y a Sucatzky estaba en Obras

¿Cuál es tu meta?
Hoy esforzarme como jugador, como un base sólido. Hoy juego TNA, yo no diría afianzarme en el TNA y ver que pasa. Sino esforzarme como jugador en sí. No me desespera volver a la Liga A. Me gustaría marcar un estilo de juego.

¿Qué te parece la página dedicada a las inferiores?
Me parece bárbaro. En Rosario está lleno de clubes y nadie les da bolilla a los chicos. Los diarios sacan algo cuando empieza el torneo y cuando termina, pero durante la competencia no hay nada para poder seguir la competencia. Cuando uno es chico quiere verse reflejado en cualquier lado y esta posibilidad es algo increíble.

¿Un sueño?
No se si es un sueño, pero con el tiempo me gustaría jugar en el básquet europeo para sentir lo que es jugar allá. No me quita el sueño, pero me gustaría.