No estaba muerto, estaba de parranda. BásquetRosario está planeando su fiesta de fin de año y la invitación ya llegó a mis manos, aunque con anticipación me gustaría avisar que difícilmente concurra. Las vacaciones se hacen desear tras un año muy complicado, donde la producción de Molten sufrió amenazas, improperios, escupitajos y demás. De todas maneras nunca dejamos de dar nuestra opinión, ni siquiera cuando Bloch nos apretó o Pesalaccia nos atacó.
Antes del adiós por la fiestas (en la página ya anuncian que van a hacer un refrito de Molten como hace Canal 3 con el Zorro), creíamos necesario estar presentes con un saludo para todos los que nos rompieron las pelotas (naranjas) en esta nueva aparición de la página.
No habrá obvias referencias a lo Pechuga de Fisherton en las finales, es difícil meter el dedo en la llaga, mas allá de que algunos se lo merezcan. Sí, por ejemplo, podemos desandar un tema que quedó evidenciado en los juegos iniciales de la final: la proliferación de actores en el básquet rosarino.
Menuda tarea tuvieron los jueces para hacer su trabajo (sabemos que a algunos les cuesta correr, a otros correr y mirar, a otros acordarse las reglas y a otros les cuesta ser designados porque están castigados por los dirigentes) ante tanto mandaparte. Nadie se va a extrañar si el 10 de Central (no me sé bien el nombre) se tira cada dos segundos, porque me dicen mis asesores que lo hace siempre. Pero en las finales se las pasan lloriqueando todos cual novela venezolana de las malas.
Igual, en Asoroba, Pick and Roll, El Ciudadano, La Capital y las radios todos destacan lo lindo de las finales y el buen clima. ¿Qué quieren que pase? Si no tienen hinchas y los que van son todos amargos con globitos en la mano. Qué mal estamos.
Es el momento de la despedida pero luego de leer algunos comentarios sobre lo horrible que son los jugadores de las categorías de ascenso no hago más que decir: Yo se los avisé. Ahora todos los periodistas serios se suben al carro. A la B se le podría dar unos años para que mejore, pero la C debe desaparecer.
Me voy al mar. Si escribe Pesalaccia me guardan el mail. Cuernos para todos.
Premio Panqueque
Fisherton realizó un almuerzo para festejar el pase a las finales. Hubo de todo y mucha bebida, lo que causó fervor el algunos directivos. Pero el momento cumbre fue cuando se premió uno a uno a los jugadores y al llegar al número 15 se mostró un improvisado Pagano Luraschi, que fue seguido por una pregunta: “¿No está?” y luego un masivo “es para Panqueque que lo mira por TV”.
Premio Grande Pa
Los seguidores de cualquier deporte saben que no hay cosa más insoportable que los padres. Generalmente en las divisiones menores tienen mayor injerencia, porque con el paso del tiempo son sus propios hijos los que los invitan a callarse la boca o sencillamente a no ir más a los partidos. En un club finalista de la B parece que las astillas quieren mucho a sus palos (padres) y por eso todavía no les prohíben expresarse. En las finales, Grande Pa se la agarró con rivales, árbitros, su propio entrenador e incluso con su hijo, al que instaba a que vuelva a la cancha sí o sí aunque su técnico no se lo indique.