Los neófitos en la cuestión confundirán esa señal (generalmente la realiza el base) con otras del tipo cabeza (se indica con la palma abierta contra el balero), pulgar (una especie de okey) o puño (para qué explicarla) por citar algunos ejemplos. Sin embargo, la jugada cuerno –indicada con los dedos de la mano- no responde a ninguna táctica ofensiva ni defensiva, sino que es una conversación no audible entre los adversarios que denota una fuerte amistad, un lazo solidario entre los protagonistas. Sí, mediante este sistema un elenco le informa al otro que habría obtenido información sobre la infidelidad de alguna o algunas de las mujeres, novias, amantes y demás del equipo rival.
Como tampoco son botones se evita señalar al jugador o protagonista indicado y mucho menos de dar el nombre de la implicada. Ha sucedido que varios basquetbolistas de un mismo plantel se hicieran cargo de la situación e incluso también se dio el tremendo caso en el que el engaño nace en el seno mismo de un equipo (desconfiar siempre del que falta a las prácticas o se lesiona seguido).
Cuando en jugadas consecutivas los dos equipos marcan el sistema cuerno, allí el mensaje inequívocamente está destinado a los otros protagonistas del juego: árbitros, mesa de control y periodistas. En este último caso habrá que estar atentos a las declaraciones post partido, como por ejemplo: “Caímos en su engaño”, o “Realmente fue una buena trampa”, sin olvidarse del sin anestesia: “Saludos a tu mujer”.
Es concebida la frase que de la muerte y del sistema cuerno no se salva nadie, pero el horario nocturno del básquet complica todo, con prácticas, partidos e incluso esa obsesión que tienen algunos por ir a ver cada partido pedorro que se juega en la ciudad. Muchos intentan escaparle a la maldición llevando a las novias y esposas a los encuentros, pero poco a poco ellas empiezan a decir que se aburren, que tienen calor, que tienen frío, que hay mucha violencia, que el técnico no te pone o que los partidos son una garcha. Todo para no ir. Señal de la inminente aparición del gorreo.
Varios mails con denuncias llegaron a BásquetRosario pero evitaremos ser portadores de tan malas noticias y nos mantendremos al pie del cañón para respaldar a los que han sufrido y sufren esta complicada pero cada vez más común situación.*
Antes de finalizar hay que repasar el tremendo caso del Cacheteador de calle Iriondo, individuo que parecería integra (¿todavía?) la comisión de la Rosarina. Al parecer estaría por ser contratado para reemplazar a Arnaldo André en una novela mejicana pero debería dejar de observar a su equipo favorito. Sanciones en camino.
Premio cambio de cancha
En el impresentable torneo de primera C se produjo la modificación de estadio de un partido de Velocidad y Resistencia. Los periodistas serios no informaron los motivos del cambio, pero nuestros especialistas realizaron una rápida inspección y detectaron que un grupo de picantísimas termitas habrían devorado un sector de los tableros de madera de la cancha del Rayo. Acrílico o fumigación, ustedes elijan.
Dejá de robar
Como en el cubil felino no hay internet, debí trasladarme hacia un cyber de zona sur para poder chequear mis columnas en BásquetRosario. Allí me encontré con una gran novedad: Mercado libre publicita en la página. La gerencia está haciendo plata a costa mía. Esto se pudre.
Filmame ésta
Por los incidentes registrados en Casilda entre dos babiecas y tres pasteles, en el partido de vuelta la Rosarina obligó a filmar Fisherton-Alumni. El resultado fue bárbaro, con 40 personas en la cancha, los únicos que ganaron un mango fueron los árbitros y el camarógrafo.
*Molten es un especialista en estos temas desde 1983 cuando su mujer lo abandonó para fugarse a Canadá con el tercer base de Unión Deportiva Chanta 4 de Venado Tuerto. Desde ese momento dictó varios cursos y en algunas librerías quedan ejemplares de “Mis cuernos y yo”, “Naranja pinchada” y “Por favor entrenemos de tarde”, textos nacidos de su pluma y su dolor.