La ausencia no se debió a problemas económicos con el Bigotón. Las líneas perdidas no se debieron a mi ya legendaria vagancia. La verdad, dolorosa verdad, es que fue castigado por haber cometido ese grosero error en el manejo del Súper Equipo cuando los periodistas serios vagaban por Mendoza defendiendo a los indefendibles de Santa Fe.
Los accionistas de BásquetRosario pidieron mi cabeza, no hubo defensa posible. Fui suspendido por diez días de ver la luz del día, de poder dar a conocer mis ideas, de relatar verdades, contar chismes y brindarle a mi gente la gracia propia de cada una de mis frases. Perdón por agrandarme, es que mi abuela falleció y quedó muy claro que son cada vez menos los que me defienden.
Como último recurso, analicé algunos boletines y cual manotazo de ahogado pedí ser juzgado por el colegio de árbitros de la Rosarina. Era la salvación, porque le habían dado en esa misma semana una sanción a un árbitro pero como tienen la mejor onda y son amigos de la casa, se los dieron en una fecha en la que sólo había algunos partidos. Ahí zafaba seguro. A mí me hacían la mano también y listo.
Pero no. Parece que los accionistas ya estaban avivados y no pude hacer ese maneje.
Pero vuelvo hoy, a contar mis penas, a ahogarlas en una botella de Dasani que se olvidó Gustavo Lanfranchi en el palco de prensa del Top 4.
Ahhhh. El Top 4. No puedo irme sin felicitar a la Rosarina por la innovación, la originalidad de entregar la Copa más pequeña que pueda haber visto alguna vez un equipo campeón. Nadie pide el Mercedes de Del Potro, pero bueno, algo que al menos salga en las fotos.
No me haré eco de que subieron el aro en medio de un partido o que le pasaron mal el horario a los árbitros. Eso ya salió en los medios serios que de una vez por todas se pusieron los testículos y se animaron a plantear una discrepancia.
Tampoco hablaré de Fisherton, el miedo escénico y demás. Paulo Coelho podría escribir por los menos tres libros basados en la gente de zona oeste. Aunque estando en el baile, bailemos y propongo títulos tales como: “Chiana decide Penetrar”, “El Pecho Frío”, “A orillas del Cruce Alberdi me senté y lloré”.
Tampoco me referiré a los mensajeadores, de gran día el lunes, con muy buenos textos. Mi amor incondicional a ellos.
Saludos a El Tala, al que le dedico en la despedida una frase del filósofo contemporáneo guaraní José Luis Félix me gusta el campo Chilavert: “No han ganado nada”.