Fue un partidazo el final entre Fisherton y Central, de lo mejor que se vio en el semestre. Fue atrapante el Apertura al definir cosas en cada fecha, al tener una serie de playoffs eliminatorios y también se hizo interesante el cuadrangular final más allá de la superioridad canalla.
Ahora, fue una locura jugar tanto en tan pocos días. Fue un riesgo innecesario producto de un calendario que se complica por errores propios. También habrá que mencionar que por razones de presupuesto o poca confianza en las inferiores, los planteles se hacen cortos y no están preparados para un gasto físico tan grande. Fue el torneo de la zona y de la combinada, no sólo por táctica y estrategia, también para cuidar faltas y energías.

Fue buena la intención de ubicar a la prensa en un sector especial (aunque no den las instalaciones para nada mejor) y también sana la búsqueda de darle color con música y eventos. Pero la presentación inicial apenas si estuvo en algunos juegos, los muchachos que ingresaron a hacer acrobacias debieron luchar contra los pibes que tiraban al aro y nunca terminó de comprenderse si estaba planeado o entraron por las suyas. Y los pibes al lado del banco de Central en todo el partido final corrieron riesgo, su lugar es la tribuna.

Fue inteligente hacerse cargo de los gastos de cancha y de seguridad y dejarle a los clubes sólo el arancel de los jueces para que se pudieran repartir la recaudación. Y fue buena la relación entre las dirigencias. Pero nadie terminó tomando el control de la situación para estar atentos a las necesidades (un poco de agua para los jueces, por ejemplo).
Y ni hablar del público. Fueron 280 entradas cortadas el viernes, 240 el sábado y 376 el domingo. Poco, muy poco para un certamen que intenta volver a tener una cara presentable. Pocos jugadores, pocos DTs, pocos dirigentes. Los celos nos están comiendo otra vez.

También hubo detalles de color, como Fisherton concentrando en hotel e incluso organizando un Karaoke en un fin de semana que no olvidarán, más allá de resultados.

Estas y muchas cosas más pasaron en el fin de semana. Algunas blancas, otras negras. Hubo buenas intenciones pero todavía no se puede acertar un pleno. Hay tiempo, hay chance, hay material. Falta un poco más de trabajo y un poco menos de egoísmo en todos los sectores.