| Provincial | 46 | 22 | 2 | 24 |
| CAOVA | 45 | 21 | 3 | 24 |
| Atalaya | 43 | 19 | 5 | 24 |
| Temperley | 43 | 19 | 5 | 24 |
| U. y Progreso | 38 | 14 | 10 | 24 |
| Newell´s | 36 | 12 | 12 | 24 |
| Regatas | 36 | 12 | 12 | 24 |
| Unión AS | 35 | 11 | 13 | 24 |
| Atlantic | 32 | 8 | 16 | 24 |
| Fisherton | 32 | 8 | 16 | 24 |
| Calzada | 29 | 5 | 19 | 24 |
| Ciclón | 28 | 4 | 20 | 24 |
| Saladillo | 25 | 1 | 23 | 24 |
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Rosarinos por el mundo |
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FAVAREL Y BOELAERT, CONTACTO ROSARINO EN EL MUNDIAL DE BÁSQUET |
| 14/09/2023 |
| Rosarinos por el mundo |
FAVAREL Y BOELAERT, CONTACTO ROSARINO EN EL MUNDIAL DE BÁSQUET
No estuvo el seleccionado argentino en el certamen de Indonesia, Japón y Filipinas, pero la ciudad contó con dos representantes. Conocelos. Nota del diario El Ciudadano
David Ferrara
La dolorosa ausencia de Argentina del Mundial de Básquet de Filipinas, Japón e Indonesia trajo aparejada una lógica mirada lateral desde esta parte del mundo, golpeada por la adversidad de ya no pertenecer a un ámbito de protagonismo que se había vuelto merecidamente habitual y que se perdió, en gran medida por errores propios. Pero claro, esto no significó la falta total de representación, ya que un par de rosarinos se desempeñaron en el más alto nivel: Federico Boelaert y Pablo Favarel.
Para ambos fue repetir experiencia mundialista, uno, Favarel, como entrenador asistente del seleccionado de Venezuela y otro, Boelaert, como integrante de la comitiva arbitral desde el trabajo de apoyo y análisis para mejorar el desempeño día a día de los jueces.
Protagonista también de un encuentro en Manila en cónclave rosarino, las casualidades hicieron que ambos charlaran con El Hincha en las escalas de sus viajes.
De Rosario a Surabaya, pasando por Manila
Tras larga estadía en Venezuela Pablo Favarel cambió de destino para su próximo desafío labora, por lo que sus mensajes llegaron en viaje a Indonesia, en el que asumió su desafío en Dewa United, pero claro, todavía hay tiempo para charlar sobre la experiencia mundialista con el seleccionado Vinotinto: “El balance es agridulce, porque haber llegado hasta acá es positivo, con lo difícil que es clasificar a un mundial y más hacerlo dos veces seguidas, y por poder ser parte de este mundo. Pero hay un sabor amargo por no haber podido ganar. Dominamos gran parte de los partidos que perdimos en el cierre frente a Cabo Verde y Japón, y fuimos competitivos ante Eslovenia, Georgia y Finlandia”.
“La experiencia tiene un gran valor, se resalta lo que uno transita para poder llegar, lo complicado que clasificar, salir de América al mundo. Y claro que desde lo extradeportivo siempre se valora mucho poder conocer las diferentes culturas muy diferentes a la nuestra, en esta ocasión nuevamente en Asia. El Mundial anterior estuvimos en China y ahora jugamos en Japón y en Filipinas, donde nos encontramos con Fede (Boelaert)”.
El analista de los jueces
Si bien Federico Boelaert es conocido en Argentina por su labor de árbitro en la Liga Federal, también desde hace mucho tiempo se perfecciona en el análisis del trabajo de los jueces en pos de colaborar con su crecimiento. Esa tarea es reconocida a nivel internacional por lo que es permanentemente convocado a los certámenes relevantes. “Llegué el 18 de agosto a Manila, donde estuvieron los 44 árbitros, los instructores, video operadores, preparadores físicos, el psicólogo y los jefes a cargo para realizar una preparación para la competencia que se extendió por cuatro días y en la que se repasaron reglas, mecánica, y comunicación para clarificar situaciones y aunar criterios”, explicó Boelaert, a quien le tocó luego la sede de Yakarta, en Indonesia.
“Mi tarea es trabajar junto al instructor en la evaluación arbitral, ya que se reúne en un software cada una de las situaciones en las que interviene cada árbitro al detalle y se apoya en el video de cada acción. Después de cada partido se le muestra lo más relevante a los jueces con la idea de mejorar para el partido siguiente. No son charlas de recriminación de errores, sino evaluar cómo resolver en las próximas situaciones”, explicó el rosarino desde la escala en San Pablo en el viaje de regreso y resumió la experiencia: “El balance fue fantástico, por estar en el mundial, por seguir participando en el máximo nivel del arbitraje. Te enriquece muchísimo porque se trabaja y se convive con gente muy capacitada y que tiene un denominador común de humildad y profesionalismo. Siempre me llevo la metodología de trabajo como principal aprendizaje, y siento la inquietud y de alguna manera la obligación de trasmitirlo a mi grupo de árbitros de Rosario y la provincia, y a cualquiera que lo requiera. La idea es poder unir lo ultra profesional con lo semi que vivimos acá, es un desafío”.
Para ambos fue repetir experiencia mundialista, uno, Favarel, como entrenador asistente del seleccionado de Venezuela y otro, Boelaert, como integrante de la comitiva arbitral desde el trabajo de apoyo y análisis para mejorar el desempeño día a día de los jueces.
Protagonista también de un encuentro en Manila en cónclave rosarino, las casualidades hicieron que ambos charlaran con El Hincha en las escalas de sus viajes.
De Rosario a Surabaya, pasando por Manila
Tras larga estadía en Venezuela Pablo Favarel cambió de destino para su próximo desafío labora, por lo que sus mensajes llegaron en viaje a Indonesia, en el que asumió su desafío en Dewa United, pero claro, todavía hay tiempo para charlar sobre la experiencia mundialista con el seleccionado Vinotinto: “El balance es agridulce, porque haber llegado hasta acá es positivo, con lo difícil que es clasificar a un mundial y más hacerlo dos veces seguidas, y por poder ser parte de este mundo. Pero hay un sabor amargo por no haber podido ganar. Dominamos gran parte de los partidos que perdimos en el cierre frente a Cabo Verde y Japón, y fuimos competitivos ante Eslovenia, Georgia y Finlandia”.
“La experiencia tiene un gran valor, se resalta lo que uno transita para poder llegar, lo complicado que clasificar, salir de América al mundo. Y claro que desde lo extradeportivo siempre se valora mucho poder conocer las diferentes culturas muy diferentes a la nuestra, en esta ocasión nuevamente en Asia. El Mundial anterior estuvimos en China y ahora jugamos en Japón y en Filipinas, donde nos encontramos con Fede (Boelaert)”.
El analista de los jueces
Si bien Federico Boelaert es conocido en Argentina por su labor de árbitro en la Liga Federal, también desde hace mucho tiempo se perfecciona en el análisis del trabajo de los jueces en pos de colaborar con su crecimiento. Esa tarea es reconocida a nivel internacional por lo que es permanentemente convocado a los certámenes relevantes. “Llegué el 18 de agosto a Manila, donde estuvieron los 44 árbitros, los instructores, video operadores, preparadores físicos, el psicólogo y los jefes a cargo para realizar una preparación para la competencia que se extendió por cuatro días y en la que se repasaron reglas, mecánica, y comunicación para clarificar situaciones y aunar criterios”, explicó Boelaert, a quien le tocó luego la sede de Yakarta, en Indonesia.
“Mi tarea es trabajar junto al instructor en la evaluación arbitral, ya que se reúne en un software cada una de las situaciones en las que interviene cada árbitro al detalle y se apoya en el video de cada acción. Después de cada partido se le muestra lo más relevante a los jueces con la idea de mejorar para el partido siguiente. No son charlas de recriminación de errores, sino evaluar cómo resolver en las próximas situaciones”, explicó el rosarino desde la escala en San Pablo en el viaje de regreso y resumió la experiencia: “El balance fue fantástico, por estar en el mundial, por seguir participando en el máximo nivel del arbitraje. Te enriquece muchísimo porque se trabaja y se convive con gente muy capacitada y que tiene un denominador común de humildad y profesionalismo. Siempre me llevo la metodología de trabajo como principal aprendizaje, y siento la inquietud y de alguna manera la obligación de trasmitirlo a mi grupo de árbitros de Rosario y la provincia, y a cualquiera que lo requiera. La idea es poder unir lo ultra profesional con lo semi que vivimos acá, es un desafío”.
